Una de las preguntas que se hace mucha gente es cuál es la diferencia entre bienes muebles e inmuebles, estos últimos también conocidos como bienes raíces. Los árboles y las plantas y los frutos pendientes, siempre que estén unidos al terreno o formen parte integrante de un bien inmueble. Los bienes divisibles son aquellos que pueden ser susceptibles de ser entregados por partes, sin que se deteriore su esencia o su valor económico. Además, según podemos leer en el artículo 336 del CC, en esta categoría se incluyen «las rentas o pensiones, ya sean vitalicias o hereditarias, afectadas a una persona o familia, siempre que no graven una cosa inmueble, los oficios enajenados, los contratos sobre servicios públicos y los bonos y títulos representativos de préstamos hipotecarios».
Los bienes muebles son aquellos que pueden ser fácilmente trasladados de un lugar a otro, lo que nos permite llevarlos con nosotros. En primer lugar, conviene traer a colación el artículo 333 de nuestro Código Civil que establece que «se consideran bienes muebles o inmuebles todas las cosas que son o pueden ser objeto de apropiación». Sin duda, todos tenemos como ejemplo más claro de este tipo de bienes la vivienda, pero hay muchos más. Cualquier bien, independientemente de su categoría, es una posesión, ya sea de un particular o de una empresa.
Por otro lado, se consideran bienes muebles todos aquellos objetos que pueden ser transportados de un lugar a otro. Los bienes muebles son aquellos que pueden trasladarse fácilmente de un lugar a otro, pero que no solemos llevar con nosotros cuando nos desplazamos. Los términos bienes muebles y bienes inmuebles se confunden a menudo y se utilizan mal. Se trata de cualquier cosa que esté unida a un inmueble de forma fija y que no pueda separarse de él sin que se dañe la materia o se deteriore el objeto.
Los bienes muebles deben tener la característica de mantener su completa integridad y la del inmueble en el que se encuentran. Se conocen como bienes inmuebles, es decir, son todas aquellas posesiones que están ancladas al suelo y que forman parte natural del mismo, así como aquellas mejoras realizadas por el hombre que se añaden al terreno. Por lo tanto, a grandes rasgos podemos observar que el hecho de que no puedan moverse es lo que determina la diferencia entre ambos tipos de bienes. Los bienes inmuebles están inscritos en el Registro de la Propiedad, por lo que los propietarios de los mismos tienen un mayor grado de protección sobre ellos.